lunes, 16 de febrero de 2009

Bécquer + Rosalía

Bien sé que no hay nada
nuevo debajo del cielo,
que antes otros pensaron
las cosas que ahora yo pienso.

Y bien, ¿para qué escribo?
Y bien, porque así somos,
relojes que repetimos
eternamente lo mismo.
Rosalía de Castro

Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No pudo ser!
Gustavo Adolfo Bécquer

domingo, 15 de febrero de 2009

Octosílabos soñados

Este es uno de los poemas a los que tengo más aprecio. Un día al despertar estaba ahí, en mi mente. Es increible, pero cierto en total medida. Lo primero que pensé fue lo habré leído en algún sitio. Y recuerdo que le pregunté a mi viejo profesor de Literatura sobre ello. Era mío, totalmente mío. Creado por y desde la inconsciencia más absoluta. Y me sentí afortunado.


¿Nos sirven los recuerdos?
Si hace tiempo ya olvidados,
cada día más presentes.

¿Volverás?

El tiempo que se va y no vuelve,
¿hacia dónde irá tan rápido,
hasta el mundo del olvido,
que a su destino lo devuelve?

En algún lugar

Las tardes sentados en la fuente
que ya pertenecen al pasado,
¿un recuerdo casi olvidado?
No, aún permanecen en mi mente.

Necesidad biológica

Qué mejor manera de comenzar este nuevo blog, que hacerlo con un poema de Bécquer. No es de los más conocidos pero desde mi humilde atalaya pienso que es una de sus mejores rimas, sin lugar a ninguna duda. Este blog que tengo el placer de comenzar a escribir no pretende ser un diario. Tampoco pienso presionar a nadie diariamente a que lo lea, ni muchísimo menos. Simplemente cubre una necesidad biológica.



La gloria y el amor tras que corremos
Sombras de un sueño son que perseguimos:
¡Despertar es morir!

Gustavo Adolfo Bécquer