Si desaparezco,de mí ningún
rastro quedará, mas una flecha
de amor en mis manos sangrará;
¡Qué pena más grande y más
liviana, en mis hojas, en mi
tallo y en mis flores blancas!
Desapareceré, y mañana por la
noche, mientras pensamos en
todo y en nada me olvidarás.
Mudo, absorto y sin palabras,
sin querer recordar u olvidarte,
en una mañana fresca me diré:
¡De dónde viene tanta sangre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario