Estás tan rígida y tan muerta, y
tus ojos tocan, en una playa desierta,
las campanas, fúnebres, funestas,
que anuncian la muerte
de alguien a quien yo
quise.
Estás cantando a la vida eterna
en un páramo escondido, no queda
ni espacio ni tiempo para fiesta
alguien se ha ido, tú,
un mundo... Más bien dos:
adiós.
que belleza,
ResponderEliminaragradezco que te hayas interesado en mi blog
te sigo!