lunes, 1 de agosto de 2011

La bruma del mar

Aún siento el ondear
del mar en mi cuerpo.
Y la rima de un verso libre
me vuelve hombre.

Ya no existe el andar,
ni lo que es cierto.
Piensa que cuando silves
no habrá nadie para oirte.

Este barco no ha de fondear
en este río de unos y ceros.
Ni siquiera debería decir que
tengo algo que pedirte.

Si se acaba el verbo crear,
cubriendo de espuma el verso,
pensaré en qué sientes
y si valió la pena amarte.

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